Por una gran cantidad de factores, nuestro aparato respiratorio puede verse afectado y disminuye la posibilidad de respirar libremente. Si estos factores no son atendidos se corre el riesgo de provocar un daño mayor y permanente. Para ayudar a devolver el bienestar respiratorio surge la especialidad de la terapia respiratoria, se define a esta como el conjunto de técnicas manuales, aparatología, medicamentos y procedimientos que poseen un efecto terapéutico en el aparato respiratorio.
Las técnicas manuales que se destacan son, entre otras, la percusión; que consiste en una seguidilla de pequeños golpes con la mano ahuecada en el tórax del paciente con el fin de despegar las posibles secreciones pulmonares. Las vibraciones; que consisten en movimientos cortos donde el terapeuta pega su mano al tórax del paciente y simula una vibración de aproximadamente 10 revoluciones por segundo con el fin de movilizar las secreciones anteriormente despegadas. Generalmente se realizan en el momento de la respiración.
Otras de las técnicas utilizadas son las respiraciones controladas, con las cuales se buscan efectos fisiológicos; por ejemplo una mejor oxigenación, el descenso del nivel de CO2, la ventilación de algún sector específico pulmonar o simplemente la relajación del paciente en casos de crisis nerviosa que dificultan la ventilación.
La parte medicamentosa es importante y variada como también la manera de su administración y dosificación. Entre los métodos más comunes y efectivos están los nebulizadores que posibilitan la humidificación y son el vehículo de medicamentos al interior del aparato respiratorio.
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